Durante el último período de gobierno del presidente García, se insinuo la posibilidad de otorgar el indulto humanitario a Fujimori. Frente a esto, surgieron opiniones diversas en contra de esta propuesta, debido a los crimenes cometidos por el expresidente. Por ello, considero que no se debe otorgar el indulto humanitario a condenados por crimenes de lesa humanidad.
El indulto no respeta la memoria de las victimas por crimenes de lesa humanidad. Vivimos en una sociedad democrática, la cual se rige bajo ciertos principios. Entre estos, se encuentra el respeto y de este se desprende el respeto a la memoria de las victimas, que busca el cumplimiento de manera efectiva de la condena establecida por ley. En este caso, al otorgarse esta gracia presidencial, se estaría yendo en contra de la memoria de las víctimas.
Además, el indulto humanitario representa un revés al estado de derecho. La poblacion de una sociedad se rige bajo este principio, el cual implica la plena garantia de derechos y deberes de manera igualitaria para cada ciudadano. Al otorgarse el indulto humanitario a personas condenadas por estos crímenes, se genera beneficios extraordinarios para estos individuos, con lo cual se estaría violando el principio de la igualdad de derechos. En consecuencia, no se respetaría el estado de derecho.
Por otro lado, no debe otorgarse el indulto humanitario, ya que no existe mecanismo que lo regule. Los indultos humanitarios son entregados exclusivamente por el presidente tras haber analizado el caso. Este poder del presidente puede desdibujarse, porque al concentrarse el poder en una sola persona y al no existir un ente regulador de este proceso se corre el riesgo de ser influenciado por intereses políticos o económicos. Un claro ejemplo de este caso fueron los indultos entregados por el expresidente argentino Carlos Menem, quien abuso de este poder otorgando alrededor de 1200 indultos a criminales por diversos delitos. Y, además, el factor que prevalecio para el otorgamiento de esta gracia fueron intereses que favoreció al entorno del presidente, tal como sucedió con el caso del grupo Colina en el Perú. Por lo tanto, sino existe mecanismos de regulación, para el otorgamiento de esta gracias, entonces no debería existir esta gracia presidencial.
Por último, con el indulto humanitario se pondría en riesgo la estabilidad de un país. Esta gracia generaría una polarización, ya que una parte de la población se encontrará a favor, mientras que otro sector estará en contra de esta medida. Esa controversia traerá como consecuencia el enfrentamiento ente dos posiciones creandose un malestar social, que conllevaría al resquebrajamiento de la estabilidad dentro de un país.
En conclusión, la posibilidad de otorgar el indulto por razones humanitaria a un condenado por crimenes de lesa humanidad sería contraproducente para las familias que padecieron el horror de presenciar estos crimenes, representaría un serio revés al estado de derecho y se estaría creando un clima de inestabilidad social en el país.
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